19 oct 2009
El arte de la cerveza
Por Carlos Melián Moreno
Mientras en el Noticiero Nacional de Televisión se daban las últimas noticias de la crisis mundial, descalabros en Wall Street, desempleos masivos, quiebras y bases navales norteamericanas en Colombia, los holguineros que salían al Carnaval se preguntaban, rascándose la cabeza, por qué razón tomar cerveza Tínima de Camagüey y no Mayabe, si esta última se fabrica justo en la cervecería Bucanero SA, instalada en las afueras de la ciudad.
“Muy sencillo”, respondió Álvaro Grass presidente del comité organizador del Carnaval 2009, “por problemas de presupuesto, ¡qué más quisiéramos nosotros!” y precisó, que los holguineros podrían considerarse premiados con la variante 50% Tínima y 50% Mayabe, un equilibrio difícil de encontrar en carnavales de otras provincias.
¿Por qué los holguineros aman su Mayabe?, “puro chauvinismo” escupiría unos de esos agrios criticones que acusan a los holguineros de dilatados charlatanes.
Tal vez sea cierto, pero en contra del refrán de que nadie es profeta en su tierra la Mayabe, a la par de ser asociada como pionera de lo que es hoy Bucanero SA con la posterior producción en sus naves de la Cristal “traída del occidente del país-, Bucanero, y la reciente Cacique, resiste la prueba del paladar del pueblo y de sus maestros cerveceros. Uno de ellos, Germán Guerrero Batista, formado como cervecero en Checoslovaquia se plantó en la opinión de que la Mayabe sigue siendo la mejor.
También es difícil soslayar que la Cristal y la Bucanero son las cervezas que repletan los refigeradores de los hoteles, discotecas, bares y hasta los tenduchos que en moneda dura operan perdidos en el último pueblo de la geografía nacional (y hasta en algunos bares de Europa, compitiendo con sellos centenarios, o chorreando el paladar nostálgico de la diáspora cubana que flota en el Viejo continente).
Parte del mito descansa, además, en dos bases, la primera, evidentemente sobre el secreto de los ingredientes que le dan color, sabor y amargo. Y la segunda, sobre las propiedades del agua que desde los pozos del municipio de Cacocum, es bombeada por una conductora de 21 Kilómetros de longitud y luego tratada para optimizarla al consumo humano.
La fórmula de la Mayabe no se escribe en el pizarrón de una universidad frente a un grupo de químicos con bata blanca, no, está sembrada como una estrella dentro de esos apacibles y gruesos maestros cerveceros que todos los días arriban a la fábrica en bicicleta, o simplemente cruzando la calle desde la comunidad construida hace 20 años frente a la cervecería. Y ellos, próximos al retiro, le confían la fórmula a técnicos más jóvenes.
Otra de las bondades de la Cervecería refiere a que el alcance de la compañía mixta que la produce no queda en sus grados de alcohol, dosis de lúpulo o cantidad de ventas. No. Su parte nacional y extranjera contribuyen con el pedregoso empeño de convertir a Holguín en una plaza que genere y promocione cultura desde los habituales inconvenientes inherentes a estar alejada más de 700 kilómetros de la capital del país.
¿Puede una cervecería convertirse en una promotora cultural? Bucanero SA, con su gentileza, tras bambalinas, ha dado precisos aportes al éxito y a la contundencia de los principales momentos culturales que año tras año salpican los noticiarios televisivos, radiales o impresos: Las Romerías de Mayo, y La Fiesta de la Cultura Iberoamericana, apenas dos eventos que forman parte de un proyecto mayor, que consiste esencialmente en crear una plataforma de donde pueda salir una producción audiovisual y musical endógena.
En ese sentido, muchos ven en la provincia un diamante en bruto, y quizá no se equivoquen. En Holguín está enclavado una parte importante del Polo Turístico de la nación, y desde dos de sus municipios se exporta una parte importante del níquel mundial.
Tales coincidencias y abrazos han generado pues la iniciativa de un evento a la altura del conocimiento que de la cerveza han acumulado los cerveceros holguineros. La Convención Internacional de Cerveceros, es todavía un sueño, una sonrisa irónica el rostro de éste o aquel pero ¿qué gran proyecto no lo fue en el pasado?
Ojalá y esta nueva propuesta, que a la larga redundará en beneficio del producto cerveza cubana tenga éxito, pues la cuestión va mucho más allá de “un hipo y una nota”. Se trata de sacar de la tierra otro rubro más: El arte de la cerveza.
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