26 dic 2009

Cuarta Luna Llena: el posible imposible

Por Alexis Triana, periodista y director provincial de Cultura en Holguín, Cuba
Fotos: Centro de Comunicación Cultural La Luz 2009


Otra vez lo esencial deja de ser invisible a los ojos: quienes, muy emocionados, acompañaron a las seis de la madrugada a los casi adolescentes del grupo ADN en la última canción del escenario principal de la playa Guardalavaca, justo detrás de David Blanco y Nassiry Lugo, saben que nada pudo amargar esta vez la cuarta edición de nuestro Festival de la Canción Pop-Rock, aún cuando no era fase de luna llena y el parte anunció el setenta por ciento de probabilidades por frente frío.

Y claro que llovió, mas la energía de miles y miles de personas entre turistas y jóvenes, llegados de todas partes para amanecer durante tres madrugadas, hizo soplar ese viento a estribor que conozco para espantar todo maleficio: los incansables productores, los operadores de los costosos equipos de sonido que compró Holguín, los sacrificados colaboradores de Romerías que duermen hasta en la arena de custodios si fuera indispensable, eran como un hormiguero en combate para montar lonas y carpas capaces de proteger las luces inteligentes y los rayos láser de los Pitufos, o los instrumentos musicales de cuanto grupo invitado asistió, que pocos saben el dinero que cuesta para quienes se deciden por la música.

Ya es un hecho indiscutible que uno de los más noveles proyectos de nuestro sistema internacional de festivales tuvo un nuevo punto de giro hacia su madurez, al lanzar dos sesiones de competencia por la Mejor Revelación, el Luna Llena de Plata, entregado en un primer premio y tres menciones en La Roca, hoy convertida en Sala de Fiestas la antigua discoteca, el único posible escenario de espectáculos en nuestro balneario, -que no merece terminar absorbido por un nuevo hotel todo incluido, más de lo mismo, y no ese turismo distinto que venga a conocernos y a compartir la capacidad de nuestra cultura por la fusión y por la mezcla, que nos convirtió en la Isla de la Música-.

El joven músico Ernesto Blanco acababa de ganar, además del Premio Lucas, el voto televisivo de más de doscientos holguineros, gracias a la transmisión remota del pujante programa VSD, mientras que el grupo local Tierra Firme fue otra feliz coincidencia del jurado y los televidentes, premiando el paso de su director del rock metal al pop rock, aunque le pase como a Amílkar con Mephisto, otro posible camino, aun cuando su habitual público pretenda un linchamiento.

El jurado fue unánime en destacar la actuación de Michel Lugo para una mención, pero no el Premio, por lo que votaba en masa por el hermano de David Blanco, importándonos muy poco el nepotismo, así como igualar las tres menciones. Los virtuosos músicos de Tres Palabras quedaron a punto de la descorazonada, porque sus tres maneras diversas de asumir el arte aún es un interesante discurso artístico que necesita tiempo de fragua para el pop rock, tal y como sucede al grupo Huracán, capaz de debutar con toda valentía para representar en la segunda noche a la ciudad de Bayamo.

Miento si no digo que era impactante aquel espectáculo de ver una nueva generación de jóvenes músicos disputando el Luna Llena: comprendí incluso el por qué debemos lanzarnos sobre la música popular y hacer la zona de competencias en el Festival del Son de Mayarí, ahora que ya tenemos Ruta del Chan Chan, para que el poco turismo que busca más allá de sol y playa, redescubra Pinares de Mayarí. Siempre tengo presente a Humberto en la fundación del Cine Pobre en Gibara: “tiene que ser un festival mundial”, aunque él sólo tuviese en principio sus fieles amigos para acompañarle. Y en las imágenes de promoción salía desde el Salto del Guayabo hasta el Hotel Pesquero y la playa Guardalavaca, porque era la Villa Blanca de los Cangrejos la que quedaba en la provincia Holguín.

Hoy al tonto le parece normal el nivel de turistas que repiten el Hotel Las Brisas: es querer desconocer o desmantelar a toda costa la inversión de talento que en esa entidad se realizó por un decenio, primero en administración extranjera y después por una eficiente administración cubana: los mejores y más variados artistas de Holguín distinguían su programación, y sus continuas iniciativas de marketing abarcaban la siembra de un pequeño arbusto por la pareja de recién casados –que era guardado celosamente por jardineros-, o levantar la única estatua de John Lennon de pie, rodeado en Guardalavaca de palomas y leyendo un libro, al que antes se le cantaba en una tertulia, que los burócratas ni querían ni simpatizaban, y finalmente ha fallecido por sus propios errores, ante la falta de ayuda y disposición de quienes creen que la fórmula de la eficiencia es ahorrarse a los artistas.

Mas el asunto está en no escarmentar: y ha dado gusto ver a la Delegación del MINTUR trabajando codo a codo con la Dirección de Cultura, como no lo hacen los hoteles ni sus equipos de animación, en los nuevos proyectos para un turismo cultural: lanzar la campaña “El Arte de la Cerveza”, y la Convención Mundial de Cerveceros, capaces de patrocinar desde cualquier punto del planeta la llegada de nuevos artistas a ochocientos kilómetros de La Habana. Alistamos la idea de la Ruta de la Cerveza, conectar el recorrido desde el burro Pancho en un cambiante Mirador de Mayabe, hasta una línea comercial de envasado de la cerveza, como en cualquier importante fábrica del planeta que es visitada por turistas sólo en ese segmento, y máxime cuando la nuestra produce las mejores de toda Cuba.

Es hora de divulgar al mundo ese legado de nuestros maestros cerveceros, aquellos que fueron a la antigua República Democrática Alemana, aprehendieron las formulas e hicieron como nuestros artistas la mezcla de sabores para lograr la Cristal, la Bucanero, la Mayabe y ahora la Cacique. Hay que colocar todas esas imágenes de la fundación en un recinto de nuestra capital, al propio Fidel en su visita a la fábrica disfrutando una jarra de espumosa cerveza, rodeado de entusiastas trabajadores. Tener un espacio memorial para lo que es ya un producto estrella en los mercados de Cuba, y muy pronto aún más allá.

El Luna Llena no es el fin, es el pretexto. La Ruta del Chan Chan o la Cerveza, facilitadores para invertir ese flujo turístico que llega por nuestro aeropuerto por más de doscientos mil, y apenas conoce nuestros pueblos y ciudades. Nassiry lo sabe y disfruta el camino para llegar a ese festival internacional de la canción pop rock, ahora que el de Varadero no levanta cabeza. Humberto nos acompaña vigilante desde el alma gibareña, esperando su casa para no tener que mudarse a Cienfuegos. Frank Fernández vuelve a arremeter contra el tiempo que pierdo yo, con la verdadera música, la sinfónica; y Nelson Domínguez llama para protestar que en su habitación en el Hotel Pernik alguien retiró no se qué cosa. Leo Brower aun espera que un músico nuestro toque la hoja de partitura que dedicó de su puño y letra al Bar Pliska, en la ciudad de Holguín.

Así que ningún imposible ha sido en vano: los miles que esperaban los conciertos en Banes o la media noche para el inicio de la amanecida, los que atendieron primorosamente a los músicos, los que protegieron la playa para que apenas haya existido un incidente de consideración, o quienes creyeron en la EGREM, en ARTEX, en La Roca, en Isla Azul, en Palmares o especialmente en Bucanero SA, que este es otro futuro, indivisibles el turismo y la cultura, nuestra nave espacial.

18 dic 2009

Veinte “Mayabe” para Norell

Por Yordanis Ricardo Pupo

Resulta difícil imaginar a Maritza Norell Lauzao, Ingeniera Mecánica, trabajando en la principal empresa inversionista que hace veinte años construyó en Holguín la más importante fábrica cubana de cervezas. Y no solo porque actualmente se desempeña como Gerente de Imagen y Desarrollo de la sucursal ARTEX en este territorio, sino por la pasión con que promociona y defiende la cultura nacional.

Sin embargo, ella no ve contradicción entre el tiempo que dedicó a levantar la fábrica (desde los primeros movimientos de tierra hasta la obtención de las primeras cervezas), luego en la Planta donde se “cocina” la bebida y, ahora, en un empresa que comercializa productos culturales.

“Hacer cerveza es un arte y es también parte de nuestra cultura”, afirma sin tapujos, y por los poros le sale el orgullo de sentirse parte de aquella obra pionera, construida por jóvenes cubanos –casi todos graduados en la Universidad local y en Centros de la antigua Checoslovaquia-, con tecnología y asesoramiento alemán, que el tiempo, y sobre todo, la calidad de sus productos, convertiría en un importante negocio para la Isla.

Maritza trabajó en la fábrica hasta 1997, fue durante años la secretaria del Sindicato, vivió la entrada de los inversores extranjeros que lanzaron nuestras cervezas en el mercado internacional, modernizaron la industria y le cambiaron el nombre de Mayabe (todo un símbolo para los holguineros) por “Bucanero”, más comercial, y que, a la larga, ha rendido buenos frutos.

“Inicialmente se quería construir la fábrica en el poblado de Maceo, por la calidad de sus aguas”, refiere Maritza. Tras varios estudios se decidió hacer una conductora de 21 kilómetros para traer el líquido hasta las afueras de la Ciudad de los Parques, desde donde sería más fácil comercializar la Mayabe y otras marcas que se producirían en el futuro.

“Al principio hacíamos “Mayabe” clara y fuerte, luego Cristal y Hatuey, todas embotelladas, hasta que se hizo la fábrica de latas y toneles. Cuando se abrió el primer dispensador de cerveza (en el salón de protocolo de la propia fábrica) aún trabajaba allí”, dice, y muestra una foto donde se llenan varias jarras con la espumante bebida.


Desde el comienzo de esta historia, Maritza estaba casada con un joven que también trabajaba en la fábrica: José Marcos Quevedo –actualmente reside en España, donde estuvo un tiempo en la cervecería Estrella Damm-. Juntos tuvieron una hija, a la que le encanta la bebida que se obtiene de la cebada: “Claro, nací en la comunidad cervecera”, dice la muchacha, que se prepara en Estudios Socioculturales en la Universidad de Holguín y aspira hacer su Trabajo de Diploma sobre el arte de la cerveza.

“La culpa es mía” –bromea su madre-, “pues tomaba mucha “Mayabe” cuando estaba embarazada”. Y no es que fuera alcohólica, sino que era parte del grupo que se encargaba de poner el paladar en función de asegurar inalterable la calidad del producto.

Trabajar en el mundo de la cultura, unido a los años que lleva degustando tan especial bebida, le permite afirmar que “hacer cerveza es arte y saber disfrutarla, una cultura”, pero “con moderación, con cultura alcohólica. Eso forma parte de la idiosincrasia del cubano, de su devoción por las fiestas y la alegría”.


Próximamente, Norell recibirá la medalla Pedro Marrero, por XX años de trabajo en el Sindicato de la Industria Alimenticia; sin embargo, su mayor orgullo consiste en sentirse parte de aquella fábrica que aun “se mantiene produciendo cervezas de clase mundial”… y defiende que, “por muchas cervezas que se hagan, la “Mayabe” nunca será superada. Mientras pueda escoger, será siempre “Mayabe”, y ¡de botella!”.

2 dic 2009

Que te vuelva a encontrar (Fragmento de novela)

Cortesía de Albem Fuentes (Letras Cubanas, La Habana, 2009), para El arte de la Cerveza



16
—¿Qué quieres beber?
—Cristal, que conserva amistades.
—Entonces, Cristal. Anotemos con presteza su pedido, y mientras se liba la fermentación de lo divino reescribamos estas páginas. Siéntete en tu casa, viviendo una nueva vida.
Suspicaz frente a la maquinaria, como hijo de vecino que es, el Lector observa receloso la pantalla: Sigue, con sospecha bien fundada, la vertiginosa escritura en que se afana el Autor.
—La nevera está en la cocina, a la derecha, sabes. Toma cuanto quieras y tómalo cuando quieras.
Se incorpora sin mucha convicción, puesto que los tiempos no son de abundancia, pero decide probar suerte; va hasta la cocina, abre la nevera, encuentra unas lasquitas de jamón, prueba una y comenta:
—Fallaste, mi hermano, aquí no hay Cristal, cerveza clara del país..., y todavía caliente..., eso es lo que queda.
El Autor se relaja en su butaca, bromea con la falta de fe y el síndrome del subdesarrollo, comprueba la intensidad de la conexión, piensa en la verosimilitud del relato, en la incredulidad del Lector, en su rigor histórico, en sus límites sicológicos y tecnológicos, y teclea con delectación en la pantalla sideral, infalible, de su ordenador personal de última generación la palabra mágica, el password a la felicidad, el signo transgresor de su poética.
Allí están, alineadas de seis en seis, objetivas, palpables, hechizadas por el poder de la palabra, que mueve y convence: Cuatro hileras de cerveza Cristal, en sus rutilantes laticas verdes, ecológicas, cervezas frías con marca registrada, que conservan amistades y ayudan a vivir: Libres de y ajenas a, el drástico calentamiento de la atmósfera.
La marca, Cristal, le recuerda al Lector los ojos de Ka: transparentes y grises, casi verdes, incitantes, por eso la ha elegido. Mira, boquiabierto, las veinticuatro laticas desechables, llenitas de cerveza, y vuelve a soñar y abre una y bebe con largueza, sin más cuestionamientos.
Piensa: Luego existe, en los ojos
de Ka
en su pelo en su espalda
en el cuello en la lengua
de Ka
en su sexo en el rostro de Ka en su boca en el vientre las piernas los labios abiertos de Ka en el verbo la risa la mente sutil de Ka en los dedos las uñas los dientes de Ka y su perenne sabor a menta y cerveza Cristal, y la besa, la muerde, la araña, la penetra: un impulso, un byt(e), una cantidad de mundo adolescente, mundo nuevo y renovado, que despierta.
Lee: Luego imagina, luego vive, el final de la última noche en la costa cuando la besó, a través del cristal de la copa
desbordada de cerveza:
líquido ambarino,
espuma, labios
lengua saladito
en la boca jugosa,
tropical, exótica,
cóctel de frutas,
sabor de la
cerveza
en los
labios,
creyón
en los
bordes
de la copa,
rota, sangrante,
labios rojos,
rotundos,
rizomáticos
lengua,
mano,
semen
incontenible y caliente,
plenitud y vacío.
Coge, apasionado como cualquiera, dos cervezas frías, vuelve a la sala-biblioteca caminando raro y piensa si una mancha se quita con algo. Abre, con mucha fruición, su propia latica verde. Entrega la otra, todavía cerrada, al Autor: En su homenaje, y lee en voz alta:
—Mi hermano, tú eres Dios o estás loco: de dónde coño sacaste esto.
Complacido del efecto alucinante que en el Lector común provoca una caja fría de cerveza Cristal, puesta a su leal disposición a las tres de la madrugada, el Autor no lo desmiente.
Todo tiene su tiempo, y alguna vez llegará a mostrarse: el éxodo y los números, el libre tránsito y la teoría literaria, el Viaje a la semilla y la comunicación satelital, la física y la química, el chip, la multimedia y el mapeo cerebral, la matrix, el libro de los muertos y la Cita con el pasado, la Historia del tiempo y los vuelos espaciales, la clonación, La náusea, el Nuevo Testamento y El pan dormido: Todo tiempo llegará, querido Lector, y con él sus elaboraciones más plenas, pero ahora, es la hora de la cerveza.
Y bebe el Autor, complacido por la honda satisfacción obrada en su más querido amigo: El Lector le tiene fe, al fin le tiene fe. Su imagen pública y privada está en los cielos: Es el Creador, en su grande e inmutable plenitud: omnisciente, omnipotente, omnipresente (y más o menos prepotente como cualquier creador que se respete), bebe cerveza a mares y se lanza entre las rocas, a tocar fondo.
—¿Sabes qué hace Ka en este momento?
—No, cómo iba a saberlo. Es tarde o temprano, según lo quieras ver. Puede estar conectada al mundo. Puede dibujarse a sí misma desnuda. Puede haber hecho el amor sin sexo o el sexo sin amor. Aunque tal vez a esta hora descanse de un día agitado.
—Algo menos convencional. Piensa en mí, y en el tiempo irreductible que T. S. Elliot cantaba en sus Cuartetos.
—¿¡Sí…!?
—Te adelanto un cuadro, un par de secuencias del eterno retorno, una imagen del juego infinito que nos toca vivir.
Un día estuvimos los tres en el mismo lugar. Ka nos mirará a los ojos y nos besa a los dos. Los dos la besamos, le mordimos el cuello, le diremos mi amor. Ella espera un milagro, un salto en el guión, un apagón que la salve, un encuentro cercano que no llega; pero todo estaba en orden y tendrá que decidir sus movimientos. Y tú, mi hijo amado, carne de mi carne y espíritu de mi espíritu, tú, mi gemelo Lector, mi enviado en este mundo de tinta y grafito y papel rayado y pequeños impulsos eléctricos, hiciste un gran sacrificio: Para salvarla a ella, para evitar que la apedree el público que espera, hipnotizado cada noche frente a las pantallas de televisión: un final feliz, para mayor gloria y extensión de mi reino, por los siglos de los siglos, amén.
Fuiste a La Cruz con una sonrisa en los labios, sin rogar o mentir. Sin esperar recompensa, sin pasar por tus cosas, sin avisar nada a nadie, pues multiplicas los significados del Libro como se multiplican los panes, las cervezas, y los peces: Abrirás la puerta, y tuviste al marcharte una última tentación: escribir tu propio evangelio. Es lo que allí harás, haces, hacías: dictar tus palabras y tus sueños para alguien que escribirá de una vez lo que sería tu vida: El Código Lector.
Tú, el único amigo de los pequeños libreros, el crítico Lector ideal de las historias posibles. Tú, el cordero amado de los dioses: autores, editores, impresores, publicistas, distribuidores. Tú, humilde oveja extraviada en el mundo de los mercaderes del libro: Este mundo fláccido, fétido y falso que terminará por estallar si no lo salvas hoy, si no trasmites fe a sus descarriados rebaños, si no te aprietas el bolsillo y compras: Un ejemplar, dos ejemplares, tres ejemplares. Tú, mi querido Lector gemelo, mostraste el libro a tus iguales para que conozcan tu sacrificio y mi gloria se extendía allende los mares, hasta los templos impíos de mis adversarios: Y ellos vinieron a mí, abandonando sus falsos dioses, y dirán palabras de alabanza en mi homenaje.
Ka y yo velaremos juntos por tu savia inmolada. Hasta el día de la resurrección. Cada noche ofrecíamos a la tierra el primer trago de la nueva botella para que llegue a ti, y ese ron vertido acompañará tus días de silencio y tu apoteósico regreso mientras lees y relees y vuelves a leer, en esta hora de renunciación, un único libro, summa de todas las verdades que buscó tu vida.
Las muchas estrellas y placeres no lograron que olvidemos. El primer trago de ron descenderá cada noche sobre la ciudad travestida, desde el alto balcón latino de la habitación elegida, entre muchas otras ofertas, como lugar de retiro para velar tu muerte: La impensable, apócrifa muerte del Lector, desaparecido, invisible, asesinado por la ignorancia y la clásica soberbia de los mercaderes: Tú, el Siervo, el Servidor, el Maestro, el Lector que vendrá.
Velábamos tu muerte desnudos, y yaciendo juntos estaremos cuando examines la Pospública crítica de la joven Editora, la Tesis final del Cuarto Personaje, de quien tanto sospechaste y temiste: reproducida fue en el relato, comentada será en la prensa, citada es por teóricos, críticos, historiadores y profesores de literatura; aplaudida con largueza ayer, mañana y hoy en eventos, publicaciones y tertulias del mundillo narrativo, que siempre la calificaron con los cinco puntos de la estrella bienamada: Tesis magistral, categoría científica, cambio de paradigma, derecho de publicación, empleo bien remunerado.
Hasta el día de la resurrección, que pronto ha de llegar. Entonces vendrás a mi reino: Que es tuyo, y yo estaré contigo, sentado a la izquierda de tu trono. Habremos escrito una historia de amor: intensa, limpia, creíble, tal como la quisimos leer. Como Ka la soñó, como propuso el Cuarto personaje, como espera la poderosa Productora, como tú me dictaste, primero en la penumbra, luego bajo esa luz muy blanca que precede al amanecer, siempre siempre siempre en el espacio de imaginación y milagro que hace perdurable lo real, lo fantástico y lo probado: Nunca, nunca, en la celda oscura y fría de las maquinarias del conformismo.
Estaré contigo y Ka estará con los dos, amatoria siempre: en el papel impreso, en las pantallas de los ordenadores, en la piedra y los papiros, en cada lapso y en cada paraje de ese mundo circular e inconcluso que habitabas: en esos nuevos escenarios que más temprano que tarde se abrirán, en esa otra realidad escrita, soñada, vivida: Que habrás imaginado, habrás construido, y habrás ganado con la grandeza de tu sacrificio.
Y que solo a ti te pertenecen.

Alberto Edel Morales Fuentes (Cabaiguán, 1961) Licenciado en Historia por la Universidad de La Habana. Ha publicado los poemarios Viendo los autos pasar hacia Occidente, Escrituras visibles, Lejos de la corriente, Otro color, otras figuras geométricas, El juego de la memoria y Con cierta elegancia, así como el catálogo de jóvenes poetas cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo (coautor Aymara Aymerich) y La Estrella de Cuba. Inventario de una Expedición. Como narrador ha dado a conocer el relato testimonial Los pies en la tierra y está en imprenta su novela Que te vuelva a encontrar. Textos suyos aparecen en antologías, publicaciones periódicas y sitios digitales de la isla y otros países. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Es director fundador de la revista de literatura y libros La Letra del Escriba y del Centro Cultural Dulce María Loynaz. Reside en La Habana.

27 nov 2009

Cervezas de Cuba: Cristal


El sabor vivificante y limpio de la Cristal ha dominado el mercado cubano históricamente. Es fácil ver por qué. Es la cerveza perfecta para un día cálido de verano. Pero cuando el sol se pone en Cuba y la música latina llena el aire, se nota un calor diferente.


Definitivamente es el momento de buscar una botella de Cristal helada.

La Cristal evoca la pasión y emoción de la experiencia cubana. Desde su bella gente hasta sus frescas y transparentes aguas tropicales, las interminables playas de arenas blancas y las noches vibrantes: Cristal es Cuba.

Elaborada en la cervecería de Holguín de Cervecería Bucanero S.A., la cerveza Cristal es parte de una larga y orgullosa tradición cubana que valora la calidad, la integridad, las personas y la innovación.

Con un 4.9% alc./vol. La Cristal tiene un claro tono dorado que complementa su sabor refrescante. Se le conoce comúnmente como “La Preferida de Cuba” y está disponible en botellas de 350ml, latas de 355ml así como en toneles.

Calidad: Elaborada con malta de la mejor calidad y las claras aguas de Cuba, la cerveza Cristal tiene un ligero sabor a lúpulo que refresca y revitaliza. En el 2007 la Cristal recibió la Medalla de Oro en la Internacional Monde-Selection por su excelencia y sabor. En junio de 2009 se celebró el 80 aniversario de la cerveza Cristal.

Texto tomado de www.cerveceriabucanero.com



Cervezas de Cuba: Mayabe

Esta marca mística y sensual toma su nombre de un valle situado en el oriente de Cuba una región llena de misterios e intrigas. Cuenta la leyenda que en 1949 se necesitaron los servicios de Pancho, un burro tomador de cerveza, para procrear mulas para trabajar en las minas de níkel.

El linaje de Pancho es aún fuerte en el valle de Mayabe y esto se ha convertido en una atracción turística. Pancho Jr. mantiene la misma pasión por la cerveza, consumiendo ocho cervezas Mayabe diarias como promedio. ¡Su record de cervezas consumidas en un día (el 21 de agosto de 1980) fue de 46!

Otro de los misterios de la Mayabe es su única malta Pilsner, que le brinda un ligero sabor y produce el color dorado claro de Mayabe.

Se dice que después de saborearla usted sentirá que su paladar ha sido seducido. La Mayabe ha encantado el corazón a más de un cubano en un día soleado, con una brisa agradable. Esta cerveza ligera, con 4% alc./vol. está disponible en botellas de 350ml, latas de 355ml así como en toneles.

Texto tomado de www.cerveceriabucanero.comFoto: yricardo

Cervezas de Cuba: Bucanero Max

En 2006, la Cerveceria Bucanero S.A. presentó la Bucanero Max, una cerveza premium que equilibra delicadamente la fuerza y el refinamiento.

Con 6.5% alc./vol., Bucanero Max es más fuerte, sin sacrificar el sabor robusto y vigoroso de Bucanero que conocen y gustan los cubanos. Su secreto proceso de elaboración combina la más fina selección de lúpulo, agua y cebada malteada.

La Max tiene una rica suavidad y un sabor definido que le proporciona el equilibrado amargor del lúpulo. El color tiene una brillantez dorada que lo distingue y el 6.5% de alcohol en volumen la hacen bastante fuerte.

La Bucanero Max es la primera cerveza premium de su tipo elaborada en Cuba solo con la mejor cebada malteada y lúpulos aromáticos.

En el 2007 la Bucanero Max recibió la Medalla de Oro en la Internacional Monde-Selection por su excelencia y sabor. Está disponible en botellas de 350ml y en latas de 355ml.

Texto tomado de www.cerveceriabucanero.com
Foto: yricardo 2009

Nota de 2015: Actualmente esta cerveza ya no se produce. 

Cervezas de Cuba: Bucanero Fuerte

La Bucanero Fuerte toma su nombre de las viejas leyendas de los piratas del Caribe. Considerando que Bucanero Fuerte es uno de los mayores tesoros escondidos de la cerveza cubana, le sirve esta asociación de ideas.

Con el sabor fuerte de una cerveza con más cuerpo, la Bucanero Fuerte está elaborada con los ingredientes más frescos y naturales, la malta de calidad superior se mezcla con un toque de la más fina azúcar cubana.

Su mayor contenido alcohólico (5,4%), su color ámbar más profundo y su delicioso y refrescante sabor hacen de la Bucanero Fuerte una notable y 100% original cerveza cubana.

Con los años, la Bucanero Fuerte se ha hecho favorita entre los cubanos como la cerveza para beber entre amigos, mientras se juega dominó o se mira un juego de béisbol, convirtiéndose en una cerveza clásica de todos los tiempos.

Está disponible en botellas de 350ml, latas de 355ml, así como en toneles.

Texto tomado de www.cerveceriabucanero.com
Foto: yricardo 2009

26 nov 2009

José Martí y la cerveza


La cerveza “reúne todas las condiciones estimulantes que hacen deseable las bebidas alcohólicas, y no tiene ninguna de sus condiciones destructoras”.

José Martí 
La Opinión Nacional 
Caracas, 23 de febrero de 1882.

19 nov 2009

Fidel Castro y la cerveza Mayabe

Por Joaquín Fernández Moreno

“Con mucho gusto y admiración, por la calidad y las ingeniosas innovaciones técnicas, sobre todo después de consumir dos medianas jarras de esta cerveza hoy tan prestigiosa: Mayabe”. Así escribió Fidel Castro en el Libro de Visitas de la Fábrica de Cervezas de Holguín, durante una visita de una hora y cinco minutos, el 27 de julio de 1996.

Después de escuchar ante una maqueta una explicación sobre la industria y su proceso productivo, observó la línea de toneles, luego se sentó en una banqueta frente a la barra, detrás de la cual lo atendieron María Nora, encargada de ese servicio, y José García de la Cruz, maestro cervecero y entonces director de la Cervecería.

“Estas jarras están muy buenas y bonitas”, expresa. Le ofrecen una dedicada con su nombre. Indaga y conoce que las sirven hasta donde llegan los 300 mililitros. “Tiene menos azúcar. Así se puede tomar mejor y no necesita leche condensada que no tenemos. Antes se decía que la malta era muy buena para las mujeres embarazadas. La malta da mucha leche”, agrega sonriente.

Una copa se termina y la vuelven a llenar. “¡Otra más! Ahorita van a decir que me tomé un tanque de esos grandes”. José García le solicita que, cuando tenga la oportunidad, regrese para inaugurar la Fábrica. “Bueno, a mí no me dijeron que aquí había una cinta y que yo la iba a picar”. “Yo no sabía eso, no me lo dijeron”, le responde José. Entonces Fidel se ríe y confiesa que era una broma. “Yo regreso. Si yo pudiera, llegaba a La Habana, cogía una carpeta debajo del brazo y me metía a vendedor ambulante. No saben que es más azúcar que cebada, pero está muy buena la cerveza”.

Luego de saludar a un grupo de trabajadores, comenta que quedó muy impresionado, la Fábrica está muy bonita y bien cuidada, y que la cerveza es muy buena. Se toma una foto con los maestros cerveceros, y en la línea de enlatado. Antes de despedirse, le coloca una mano a José García en el hombro y expresa: “Felicidades, sigue aprendiendo”.

Entonces le desean Felicidades en su próximo cumpleaños, (el 13 de agosto), y Fidel exclama: “Lo voy a celebrar con cerveza Mayabe”.

Fuente: transcripción inédita de la visita y fotos proporcionadas por José García (Pepe), testimoniante directo del hecho.

Se busca un museo

Por Joaquín Fernández Moreno

Pocos holguineros se imaginaron, que tras casi 20 años de degustar con cierto recelo y vehemencia las primeras cervezas Mayabe, la actual Cervecería Bucanero SA hubiera producido ya miles y miles de hectolitros de la refrescante bebida, mientras algunos pasos se encaminan a preservar para el futuro toda una tradición que se ha ido tejiendo con el aporte de manos amorosas de cerveceros de la talla de “Pepe” y de Germán.

Pudieran resultar desconocidos nombres como Luis Tamayo, Elvio Fernández, Leonardo González, Roger Hidalgo, José René Cruz, Alexis Calzadilla, Manuel Martínez, José García de la Cruz (Pepe), o Germán Batista, sin embargo, alguna tablilla o recuadro habrá de reservárseles en el futuro Museo, pues ellos encabezan la lista primera en la obtención de cerveza en Holguín, como en un sacerdocio, hoy por hoy las mejores de Cuba, con la Mayabe a la cabeza.

Aunque en idioma inglés suene “meibi”, Mayabe seguirá siendo por los años de los años, su nombre regional identificativo. Tuvo continuidad la Cristal como “La preferida de Cuba”, y tras sus pasos surgió la sugerente Bucanero, en diferentes variantes, hasta la Cacique, el más reciente aporte al acervo de las cervezas holguineras, las cuales hoy copan con orgullo, y suficientemente, cuanto lugar turístico o de servicio exista a lo largo y ancho del archipiélago, y mucho más allá.

Personas e instituciones, vinculadas o no con el arte de hacer cerveza en esta porción del oriente cubano, han de estar atentas al momento, que es YA, de aportar o donar cuanto documento, fotografía, instrumento o mueble que guarde vínculos con ese instante, para que el Museo de la Cerveza se convierta en un eslabón en la cadena de nuestra memoria cultural y del arte que enorgullece a “Pepe”, a Germán, y a todos los otros.

(“La cerveza aplaca la sed, tanto como el agua, estimula por su bajo contenido en alcohol, refresca por el ácido carbónico, es un tónico excitante por su amargor, agradable, y nutre por los azúcares, dextrina, albúminas, grasas y sales minerales que entran en juego en su composición. No se deberá introducir hielo para enfriar el producto”, ni agua para adulterarla, agrego por mi cuenta.)

En estos nobles propósitos han de estar en primera fila los propios cerveceros y quienes atienden las líneas productivas, y el más mínimo de los detalles, como la abandonada red inicial de puntos de venta a granel de la Mayabe, la querida aparición de la taberna Pancho, la fama internacional que el burro de igual nombre dispensó entonces al motel Mirador de Mayabe; la preservación del noble equino que se supone exista gracias a la taxidermia, y reunir en ese Museo cuantos estímulos morales ha recibido durante estos años el colectivo laboral de la Cervecería. “Honor a quien honor merece”.

14 nov 2009

Encuentro de culturas en la tierra más hermosa

Por: Yordanis Ricardo Pupo

Al amanecer del 28 de octubre de 1492, los marinos de Colón gritaron “tierra” y desembarcaron en una pequeña aldea con bohíos en forma de cono… 517 años después, artistas y amigos de varias partes de Iberoamérica estuvieron en Bariay, celebrando no la llegada de los conquistadores pero si la llegada de su cultura, la que mezclada con indios, negros y chinos dio por resultado lo que somos hoy los cubanos.

Con una declaración de apoyo a la votación realizada en la ONU contra el bloqueo del gobierno norteamericano a nuestro país, finalizó la XVI Fiesta de la Cultura Iberoamericana, en el mismo lugar por donde arribaron los primeros europeos a tierra americana y donde se presentaron los más importantes experiencias culturales de la Isla y proyectos de 15 países, entre ellos, la fotógrafa española Maribel Longueira, la poeta mexicana Rosalía Alvarado, las agrupaciones El Pacto de Venezuela, el Pez gato de España, y los cubanos Aceituna sin hueso, Steel Band y el trovador Eduardo Sosa.

Como escribió Eduardo Galeano, “los mapas del alma no tienen fronteras”, y esta vez ni los enemigos del hombre, ni plagas, fenómenos atmosféricos y crisis económicas pudieron opacar el final feliz de este encuentro de culturas: bajo el ardiente sol del trópico la gente bailó sin importarles mucho sudar, porque para refrescarse estaban nuestras cervezas Mayabe, Cacique, Bucanero, Cristal y hasta la Tínima camagueyana.

Los fotoreporteros de “El Arte de la Cerveza” atraparon a algunos amigos deleitándose con las mejores lagers cubanas, producidas, por supuesto, en “la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”.


La recién estrenada Cacique,
de la fábrica Bucanero S.A.,
cerveza líder del mercado nacional
y
la más consumida durante la Fiesta.

Tatiana Zúñiga, directora de la casa de Iberoamérica de Holguín, Cuba
y presidenta del Comité Organizador de la
Fiesta de la Cultura Iberoamericana (24 al 30 de octubre).

Olga,
del Centro de Comunicación Cultural La Luz,
de Holguín, nos dijo:
"dispensada: pa´tomar y pa´llevar".

Esta pareja de enamorados de la televisión local
prefieren la Bucanero Fuerte.

El promotor cultural y director artístico
Jorge Luis Sánchez Grass,
como buen holguinero, sigue tomando Mayabe.

Estos muchachos bailaron como trompos
pues tomaron Tínima,
¿espumante verdad?

Y aunque no vendieron Bucanero Max,
fue muy bueno para mí estar bajo sus sombrillas promocionales.

13 nov 2009

Si de sueños se trata

Por José Luis García 

No parece un hombre de negocios. Al menos no ofrece la imagen típica del hombre de negocios ni en su forma de vestir ni en su forma de hablar.

Ni siquiera en el fondo de sus ojos, tan claros como el horizonte de Ostende, uno percibe la reserva del hombre acostumbrado a negociar. Otra cosa desconcertante es que casi todo el tiempo exhibe una encantadora sonrisa.

Definitivamente, mientras conversaba con Ian Estevenart, abogado y economista belga a cargo de la porción internacional de la fábrica de cerveza Bucanero situada en Holguín, tenía la impresión de estar conversando con un campeón de Fórmula Uno… o con un exitoso cantante levemente maduro, al estilo de Sting.

Ian confiesa ser un apasionado del mundo de la cultura. Y cuando le pregunto qué manifestación artística le entusiasma más, dice con sencillez que todas forman parte de su vida sentimental, incluyendo la fabricación de cerveza, a la que obviamente considera un hecho cultural.

Por eso pretende hacer todo lo posible no solo para legitimar esto último, sino que aspira a que en Cuba y específicamente en Holguín, la gente sienta que la fábrica tiene una participación activa en la vida cultural.

Esto es algo que ya va logrando y que sin duda el pueblo agradece. En los últimos tiempos Bucanero ha estado involucrada en la realización de algunos eventos culturales de primera magnitud, como las Romerías de Mayo, la Fiesta de la Cultura Iberoamericana y el Festival Luna Llena.

Y Ian, siempre sonriente, dice que sueña con poder hacer más en la medida en que el estado de cuentas de su industria, siempre vinculado a la situación económica internacional, se lo permita.

Si por él fuera, le gustaría fomentar una línea específica de presupuesto para contribuir sistemáticamente al desarrollo de la cultura en Cuba y en particular en Holguín.

También sueña con favorecer la creación del Museo de la Cerveza en esta ciudad, instituyendo al mismo tiempo un encuentro mundial de cerveceros. Esto solo por lo pronto, porque el brillo de sus ojos sugiere que sus sueños van más lejos.

Bélgica es uno de los países con mayor tradición cervecera del orbe, pero es también una potencia cultural. Si sus cervezas han sido a través del tiempo un modelo de calidad a nivel internacional, sus artistas e instituciones culturales han sido durante siglos un modelo espléndido para el resto de Europa y el mundo.

Ian Stevenart vive consciente de ambos atributos y sería muy feliz si con sus actos pudiera reflejar en alguna medida las sólidas tradiciones de que es hijo. Se trata de una aspiración que ya va materializando este belga pródigo y que las autoridades de Holguín decidieron estimular entregándole El Angelote, símbolo patrimonial de esta tierra, merecido reconocimiento a un hombre ligado ya a nuestra vida cultural.

4 nov 2009

La Mayabe, Bucanero y Cacique en Italia

Por: Joaquín Fernández Moreno / 2009-08-20

Una sorpresa se llevaron los productores de la nueva cerveza Cacique, estrenada recientemente en la fábrica Bucanero SA, en la oriental provincia de Holguín, pues el primer lote puesto a disposición del público se agotó con rapidez, según afirmó en exclusiva el italiano Gigi Bozzoni, gerente de ventas de la prestigiosa firma enclavada en este territorio, y anunció que esta marca estará en el mercado de su país el año próximo, junto a los espacios ya conquistados por la “Cristal” y la “Bucanero”.

En una ceremonia amistosa que organizó la Dirección Provincial de Cultura en el Museo Histórico La Periquera, el señor Ian Stevernat, gerente general de la firma, agradeció a Alexis Triana, a las más de 200 instituciones culturales, y a las autoridades gubernamentales de Holguín la réplica de El Angelote, como reconocimiento al constante apoyo que la “Bucanero SA” ha dispensado a celebraciones como las tradicionales Romerías de Mayo, los Carnavales, el Festival Internacional de la Canción Pop Luna Llena y la Fiesta de la Cultura Iberoamericana.

La habilidad y prestigio alcanzados por los holguineros en la obtención de la bebida, que en un futuro próximo puede ser justo pretexto para una Convención Internacional de Cerveceros, fue reconocida por el señor Stevernat al agradecer emocionado la distinción, pues “hemos contribuido de alguna manera al éxito de la cervecería y la cultura local, donde pueden sentirse orgullosos de los avances en la producción de una cerveza de orden mundial”.

Gigi Bozzoni, por su parte, expresó que en el 2006 encontraron el predominio de la pionera “Mayabe”, y una fuerte presencia de la “Bucanero” y la “Cristal”, la cual fue recuperándose paso a paso, con el propósito de reanimar la producción de cervezas para su venta en moneda nacional, como la “Tínima”, en Camagüey o en Manacas, Villa Clara, y mientras las ventas de la “Mayabe” crecen, surge la necesidad de otra marca, y es el momento exacto cuando aparece la “Cacique”, que es fresca, fácil de tomar, y por su acogida inmediata por el público, se ha convertido en parte de la cultura cervecera, por lo cual ya se distribuye en todo el país”.

El ejecutivo comercial de “Bucanero SA” confirmó que la formulación de la naciente bebida enlatada es totalmente holguinera, y en su país existe y se consume la “Peroni”, muy parecida a la “Mayabe”, sin embargo, coincidió con este reportero en que la segunda, para orgullo de los cubanos, y especialmente para los maestros cerveceros holguineros, sigue siendo la mejor de todas.

Y como la producción de cervezas constituye igualmente un arte, que se une indisolublemente al surgimiento y desarrollo de los pueblos, los representantes de la “Bucanero SA” reiteraron su disposición a seguir siendo un soporte para la cultura en este territorio, que se ha trazado el propósito de organizar aquí, oportunamente, una Convención Internacional de Cerveceros.

23 oct 2009

“La Mayabe es la Mayabe”

Por: Joaquín Fernández Moreno

Veinte años son algo. Si es fabricando cerveza, mejor. Porque el 24 de octubre los holguineros dejarán atrás dos décadas estimulando el paladar de millones personas con invitaciones, razones y motivos para brindar con las mejores cervezas que hoy en día se producen en Cuba.

No es que se pasen por alto los 80 que los cerveceros cubanos llevan entregando la “Cristal”, “Clara, ligera y sabrosa”, primero, y “La preferida de Cuba”, después. No. En sus primeros años en industrias de provincias occidentales, ahora, en suelo, con agua y talento humano orgullosamente holguinero, tanto la “Cristal”, como la “Bucanero”, y otras que vendrán luego, tienen copado el mercado del país, para su beneficio, y el maestro cervecero Germán Guerrero Batista, nacido en Melilla, en el municipio “Rafael Freyre”, el 6 de septiembre de 1950, no queda a la zaga en contar una historia que él mismo cuenta, viviéndola.

Conversar con Germán, es como ir desprendiendo poco a poco un racimo de secretos, menos los que maestros cerveceros como él, en todo el mundo, conservan en lo más recóndito de su experiencia. Y de ello dieron fe los productores de cerveza de la checoslovaca provincia de Pilsen, cuando desde 1988 lo tuvieron entre sus filas, a pie de línea, para que por su propia cuenta descifrara los secretos de tan popular bebida, y luego los transmitiera con el mayor amor de la tierra, a quienes en la Cervecería Bucanero SA en el futuro serán inevitablemente su relevo.

Contar del surgimiento de la anteriormente denominada Cervecería Mayabe sería tema para otra historia. Ésta se inició al inaugurarse el 24 de octubre de 1990, con la efigie de nuestro inmortal burro Pancho en el tanque elevado para agua -arriada después-, las decenas de puntos de venta por toda la ciudad, el surgimiento de la taberna con igual nombre, en las proximidades del hotel Pernik, y la empedernida adicción a tomar cerveza y comer chicharrones del “Pancho” original, nombre del abuelo y también del padre del actual cuadrúpedo, “un curda” que pasea su sedentaria vida entre los clientes del motel Mirador de Mayabe, símbolos todos que con tanta razón defienden los holguineros, como parte de su identidad.

Germán aparenta ser una persona muy tranquila. En abril del 2001 le otorgaron la condición de Vanguardia Nacional, y para mí, sigue siéndolo. El amor por lo que hace, y la admiración por su fábrica, le brotan, cual espuma de cerveza precipitada, por los ojos y todos sus poros. Por ello, no oculta su veredicto en el asunto.

“Si existe una cerveza Gallo, en Guatemala, otra denominada Lagarto, en Estados Unidos, y una “Faisán de Oro”, en la antigua Checoslovaquia, no sé qué diferencia hay entre estos animales y el burro que inicialmente identificó nuestra primera y mejor cerveza, la cual empezamos a embotellar y a fabricar a granel aquí hace 20 años, pese a que en el aprendizaje, hay secretos que no se dan, sin embargo, aprendimos a hacer cerveza, a tocarla con la mano. Y también a probarla, porque para nosotros, no existe mayor placer que saborear una “Mayabe”, para mí, la mejor de todas. La Mayabe es la Mayabe”.

La tradición de los checos caló hondo en las apetencias de aprendizaje de Germán, en los trajines de incorporarle a la cebada el arroz en el proceso de maceración, y el azúcar en los tachos, para lograr sabor y color únicos, eliminando a tiempo los almidones.

Al comienzo, utilizaban la flor de lúpulo, en estado natural, en pacas de 200 kilogramos, en la búsqueda del olor y amargor característicos de cada marca, pero en la actualidad, según Germán, es común a nivel mundial el empleo de un lúpulo logrado artificialmente en la industria, donde los olores y sabores dependen de ella.

“Cuando regresé de Checoslovaquia, quisieron mantener un “freirense” en los asuntos de la cerveza, por lo que me encomendaron la misión de preparar cerca de 80 cerveceros, en una especie de cantera, y en estos momentos, en la fábrica holguinera permanecen alrededor de 40, en la atención a los mantenimientos, la instrumentación o los laboratorios”.

La fabricación de cerveza en la oriental provincia de Holguín, con una moderna tecnología, y una fuerza joven excelentemente preparada, incluye miles de hectolitros de “Mayabe” embotellada y enlatada, “Bucanero”, también en botellas y envase metálico, la “Cristal”, en ambas modalidades, la malta enlatada, y en breve incorporarán la “Cacique”, enlatada y dirigida al mercado nacional. Igualmente todas las que ahora obtienen, llegan también a los clientes en contenedores metálicos.

¿Qué importancia le concede al agua?

“Toda la que tiene. Aquí llega por una conductora mediante una tubería de casi 21 kilómetros, desde las cercanías del central azucarero Antonio Maceo. Los pozos nunca se han secado, y el agua siempre ha sido la misma. Se trata para elaborar la cerveza, y hasta para la higienización de la industria, pero realmente, mejor no la queremos. Los vecinos de donde vivo, cerca de la fábrica, también la utilizan diariamente para el consumo personal. Jamás hemos hecho cerveza sin darle tratamiento a esa agua”.

Su esposa anda ocupada en los trajines de la casa, un sencillo apartamento de la comunidad frente a la Cervecería, y escucha en silencio las revelaciones de su compañero, quien disfruta, como si levantara en ese instante hacia sus labios una cerveza golosamente fría.

¿Considera un arte la producción de cerveza?

“Para lograrlo, hay que ponerle amor, dedicación, sacrificio. Tienes que imaginarte la cerveza desde que tratas el grano, hasta el momento final, en que logras lo que te propusiste. En eso, hay que poner la mente y la estrategia. Es como el bailarín en el escenario, tiene que poner el pie como tiene que ponerlo.

“Producir cerveza, es también un arte”.

¿Se mantiene la escuela de cerveceros?

“En otros países, la tradición cervecera se transmite de padres a hijos, por años y años. Nosotros no tenemos escuela, los que necesitamos se forman en el camino, junto al cañón. Últimamente han entrado a la fábrica tres ingenieros, se preparan como maestros ahora, y en las propias líneas de producción se van encaminando”.

¿Y nuestras tradiciones?

“Tenemos algunas fotos, documentos, objetos. Al comienzo de la fábrica, se conservaron algunos elementos, una maqueta, pero están dispersos. Es algo que, como el propio burro de Mayabe, la taberna, y toda la trayectoria de la fábrica, estamos obligados a preservar, como se hace en todas las cervecerías. Comparto, entonces, tu opinión, de que podían organizarse giras, explicaciones a los visitantes de todo el proceso, ofertar souvenires, hasta recorridos internos en vehículos apropiados. Porque lo que no se haga ahora para preservar la memoria de la Cervecería, es un tiempo irrecuperable e historia que se pierde”.

Holguinero como usted, Germán, me siento comprometido a contribuir a todo el esfuerzo que se haga por redondear la historia de nuestra tradición cervecera, orgullo adicional para los habitantes de esta provincia. ¿Podría mencionar algunas de sus alegrías?

“Contribuir con mi trabajo a que entre dinero fuerte al país. Saber que la cerveza es un producto demandado y de buena calidad. Y que la gente la anhele siempre, para con toda la alegría del mundo brindar por algún motivo”.

El Oktoberfest cierra sus puertas

Tomado de www.antena3noticias.com

Seis millones de visitantes han vaciado más de seis millones de jarras de cerveza en la tradicional fiesta en Munich, que ha finalizado este año con menos participación de lo habitual: La crisis y la amenaza de un atentado islamista sobre la ciudad han hecho que se reduzca el número de participantes. Aún así han acudido casi seis millones de personas que han vaciado unas 100.000 jarras más que el año pasado.

Se trata de la cifra más baja de visitantes desde 2001, año en que se produjo un descenso mucho mayor -5,5 millones-, debido en esa ocasión al impacto dejado por los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York (EEUU), el 11 de septiembre 11-S).

La organización de la Oktoberfest atribuye el descenso de este año al miedo a ataques islamistas, tras la difusión de varios vídeos de presuntos miembros de Al Qaeda amenazando con atentados en Alemania si su gobierno no retira las tropas de Afganistán.

El descenso de los visitantes no provocó, sin embargo, un bajón paralelo en el consumo, ya que, según el cómputo final, se vendieron 6,5 millones de litros de cerveza, cifra sólo mínimamente inferior a los 6,6 millones del año anterior

El récord absoluto de público se batió en 1985, con 7,1 millones de personas en la denominada mayor fiesta popular del mundo.

22 oct 2009

Cervezas de Cuba: Cristal como el cristal

Por Joaquín Fernández Moreno
¡Cómo pasa el tiempo! En mayo pasado se cumplieron 80 años de haberse fabricado la primera cerveza Cristal en Cuba. Conocida desde entonces por el eslogan publicitario “Clara, ligera y sabrosa”, ha llegado hasta nuestros días identificada con toda razón como “La preferida de Cuba”.

Lo que no todos saben es que la tradición productiva de esa bebida en la oriental provincia de Holguín, actualmente revitalizada en la Cervecería Bucanero S.A., cayó en manos de indudables maestros como José García de la Cruz o Germán Guerrero Batista, dominadores a pie firme de la fórmula para entregar un sorbo superior como la “Mayabe”, lo mismo enlatada que embotellada, fieles defensores del orgullo holguinero de fabricar aquí las mejores cervezas del país.


Quienes disfrutan hoy en todo el país, en la red de comercios, cafeterías, hoteles y cuanto sitio de interés turístico y cultural existan, de la “Cristal”, “Bucanero”, en sus diferentes denominaciones, hasta la propia “Mayabe”, maltas y vinos de diverso tipo, apenas conocen o recuerdan de dónde proviene la providencial agua utilizada en el ininterrumpido proceso de la gigantesca instalación, gracias a una conductora tendida desde varios kilómetros de distancia, a partir de pozos y una estación de bombeo montada en las proximidades del central azucarero Antonio Maceo, en el vecino municipio de Cacocum.

Un poco más de la mitad de la cerveza nacional que se embotella y enlata en Cuba, y se expende en las instalaciones turísticas, provienen de la emblemática fábrica holguinera, la cual entrega miles de hectolitros anualmente para cubrir en parte la demanda de la red gastronómica del país, a partir del montaje de una moderna tecnología y el empleo de una fuerza laboral joven y altamente calificada, donde lo mismo se obtiene la bebida para distribuir a granel, enlatada, embotellada como en dispensadores metálicos.

Como el ambiente es de brindis por el sello de cubanía de la “Cristal” en su aniversario 80, y por todas las demás cervezas elaboradas por las amorosas manos de los holguineros, vienen ahora a la mente los nombres de José Cuadrado y Joaquín Vidal, funcionarios de la entonces Empresa de Bebidas y Licores, encargada de la importante inversión, del ingeniero con un permanente casco blanco en su cabeza y una sonrisa en los labios mientras duró la tensa y dura construcción, y cuyo nombre no acude ahora a mi mente, y de Miguel Cano Blanco, dirigente partidista de esa época en la provincia de Holguín, quien no escatimó desvelos para llevar a vías de hecho esta perla fabril, gracias al empeño en la cual pusieron su grano de sudor cientos de constructores de diferentes empresas, organizaciones sociales y la población, que en su momento empuñó palas y vagones para apoyar su complicada edificación.

La premura por poner a disposición de los lectores estas líneas, apenas me ha permitido consultar documento alguno sobre la historia cervecera de Holguín en los últimos 19 años, y mucho menos de los inicios de la producción de “Cristal” en Cuba, sin embargo, el haber tenido el privilegio de reportar el nacimiento de la Cervecería casi desde el momento en que solamente se le imaginaba en planos, o de las agotadoras jornadas para dejar listos sus cimientos, o para trasegar los inmensos silos de maduración de la cerveza mediante enormes rastras por carretera, me permiten sumarme al regocijo que ahora se respira, y al homenaje que tanto se han ganado los artífices de tamaña obra.


Por eso, más que el antiguo eslogan “cristalero” de Clara, ligera y sabrosa, o el actual de “preferida de Cuba”, más vale despojarse del sombrero ante quienes complacen el paladar de muchos, desde la más complicada hasta la más simple de las ocupaciones en la cervecería Bucanero SA, y mucho más que eso, contribuyen cotidianamente a entregar con orgullo, su amor y su arte, al patrimonio cultural de los holguineros.