16 mar 2010

Conozca el Hatuey de nuestra cerveza III (final)

Por Israel Hernández Planas

Santiago de Cuba-. Cuando hace dos años la Cervecería Hatuey cumplía su 80 aniversario varias cuestiones de la fábrica me llamaron mucho la atención. Primero podemos denotar el crecimiento estructural que ha tenido la misma en el último medio siglo. De la antigua fábrica sólo queda un viejo edificio donde, según cuentan los más veteranos, radicaba una fabriquita de hielo.

En las paredes descascaradas de esa añeja edificación, protegida del tiempo por varias estructuras metálicas en desuso, se puede observar el primer sello que adquirió la cerveza en 1927. Allí, se encuentra el genuino indio Hatuey en la imagen olvidada de las primeras botellas.

¿Quién es este indio que tan diferente se ve del rebelde Hatuey?

El historiador Calafell, cervecero avezado en la historia de la Hatuey, me comentaba en una visita a la cervecería que algunas indagaciones con los antiguos trabajadores de Bacardí hacían presumir que el indio "del norte" no es otro que el gran guerrero Pontiac.

Aunque extraño para los cubanos, Pontiac era el símbolo indio de los Estados Unidos, el guerrero audaz, valiente, y libertador que había organizado en una comunidad guerrera a influyentes tribus americanas para echar de su territorio a los ingleses ocupantes. Sin dudas, una figura reconocida por los norteamericanos y sin equívocos, un elemento importante en el consumo de una bebida como lo Cerveza Hatuey, por parte de los compradores potenciales que representaban los estadounidenses.

Sin embargo Pontiac no deja de ser un personaje importante en la historia de la rebeldía de los indios contra el poder europeo.

El gran jefe indio nació en 1720 en el área de Detroit. Su madre era Chippewa y su padre Ottawa. El pequeño Pontiac se crió como un miembro de la tribu de su padre, dedicada al comercio de pieles con los franceses. En 1755, Pontiac ya se había erigido como jefe de su tribu: los Ottawas.

Dentro de sus proezas se cuenta la importante unificación de su tribu, en 1763, con los delawares, shawnis, miamis, chippewas entre otros, con el objeto de exterminar a los ingleses y expulsarlos de toda la región del Oeste. El indio que desde entonces figura en la etiqueta de Hatuey bien pudiera ser la estampa de este otro guerrero que aún con el historial que exhibe, no deja de ser un símbolo estadounidense, algo muy conveniente para los Bacardí en aquel entonces.

La figura de Pontiac es tan propia de los Estados Unidos que poco antes del surgimiento de la Hatuey, en 1926, su imagen resultó ser idónea para una marca de automóviles norteamericanos fabricados por la subsidiaria Oakland Motor Car de General Motors, y que aún tiene gran aceptación entre los consumistas del Norte.

Aunque todo parece indicar que la nueva imagen del indio fue fruto de las propuestas de los diseñadores de OTPLA, la venia de Bacardí afianzó de manera ya incorregible el error que durante más de cincuenta años acompaña a la Cerveza Hatuey.

Hoy Hatuey es la cerveza más consumida en la ciudad de Santiago de Cuba. El abanico de marcas nacionales y extranjeras que se abre entre los consumidores de cerveza deja un espacio respetable para ella. Su caldo no abandona la esencia del trópico que llevan en sí los productos licoreros de esta región cubana.

Por eso sigue siendo “la gran cerveza cubana”, porque llega a todos los santiagueros y acompaña, desde hace más de 80 años, nuestras penas y alegrías.

Tomado de TV Santiago

7 mar 2010

Conozca el Hatuey de nuestra cerveza (II)

Por Israel Hernández Planas

Santiago de Cuba-. Cuando se mira la etiqueta actual de la cerveza Hatuey es imposible que se pueda engañar a la vista de cualquier estudioso de la historia de Cuba o una persona con los conocimientos básicos de los indios que habitaron a Cuba antes y durante la Conquista. El indio caribeño Hatuey, símbolo de la rebeldía y exponente de resistencia, quedó relegado por otro que aunque guerrero igual, distaba mucho de ser oriundo de estas tierras.

Fue en la década de 1950 que el internacionalizado indio de plumas alargadas (similares a las de las águilas americanas) y facciones más finas, comenzó a caracterizar la bebida fermentada más antigua de Cuba.

Un rostro de rasgos muy similares a los presentes en las imágenes de las antiguas tribus iroquesas que poblaron el norte de los Estados Unidos se plasmaba ahora en la etiqueta de la cerveza Hatuey.

Ya fuera Seneka, Mohawk, Ottawa o mohicano, el indio con facciones caucasoides emerge en la nueva etiqueta, futurista para su tiempo, y donde, además, la tipografía, el layout y la ilustración son de avanzada.

Según fuentes digitales especializadas en la historia de las cervezas cubanas, el indio norteño fue la propuesta visual del pintor Luis Martínez Pedro, que en aquel entonces trabajaba para los diseños de una oficina publicitaria con un nombre que nada debe envidiar a sus similares contemporáneas: la Organización Técnica Publicitaria Latino Americana (OTPLA).

Martínez Pedro no fue la única figura de la plástica cubana que laboró en la OTPLA. Otros artistas plásticos como Raúl Martínez, Rafael Morantes y el fotógrafo Alberto Díaz Korda, pusieron su talento al servicio de la publicidad de esta compañía.
¿Por qué querría Bacardí que en su etiqueta de la cerveza Hatuey figurara un indio estadounidense?

No se puede olvidar el que el mercado turístico cubano era muy atractivo para los norteamericanos que visitaban Cuba y los que vivían en la isla. La misma ciudad de Santiago de Cuba era el destino de atraco de varios buques de guerra norteamericanos que llegaban al puerto, cercano por demás a la emblemática fábrica Bacardí.

Justo en esta ciudad, tanto la prostitución como el elevado comercio de bebidas alcohólicas caracterizaban la llamada zona de tolerancia en la Cuba de antes de 1959. Algo muy bien visto por los marines yanquis que consumían los rones y cervezas fabricados en Bacardí.

Pero no sólo en Cuba podía consumirse cerveza cubana. Solamente en el año 1950 más de 500 mil litros de cerveza fueron exportados a los Estados Unidos. Quizá este flujo licorero pudo ser uno de los determinantes para que los ejecutivos de Bacardí se interesaran en el nuevo “makeover” de la cerveza Hatuey y en ponerle una imagen un poco más cercana a los consumidores norteamericanos.

Hasta hoy ha perdurado la figura indígena que imprimiera un nuevo aire a la cerveza Hatuey en los años 50. Aunque diferente el indio, el espíritu de la cerveza Hatuey sigue cautivando a todo aquel que bebe la mezcla fermentada.

¿Quién es entonces el indio que desde la segunda mitad del siglo XX y hasta nuestros días simboliza la cerveza más antigua de Cuba?

En el tercer y último trabajo de esta serie podrá conocer la verdad que se maneja en las bodegas de la Hatuey y que misteriosamente sigue siendo desconocida.

Tomado de TV Santiago