25 feb 2010

Conozca el Hatuey de nuestra cerveza (I)

Por Israel Hernández Planas

Santiago de Cuba-. Bajo el calor tropical de esta añeja ciudad un ícono de la licorería destilada deambula por todos los establecimientos gastronómicos de Santiago de Cuba. La cerveza Hatuey lleva en sí el decoro de ser la más antigua de Cuba que se comercializa actualmente.

Su arraigo se ha hecho tan fuerte en estas lomas y entreveradas calles que ni cuando sus antiguos propietarios se marcharon de Cuba pudieron llevar consigo todo lo que era la Hatuey para los santiagueros. Aquí se quedó la gran cerveza de Cuba. Así siguió la Hatuey deleitando a santiagueros y cubanos en general.

Hurgando en algunos medios de prensa extranjeros he conocido del relanzamiento de la cerveza Hatuey por la marca Bacardí en el mercado norteamericano. Aunque un producto que nunca desapareció no necesita renacer, los propietarios de la actual Bacardí con sede en Bahamas, se empeñan en brindar una cerveza que nunca llegará a ser como la Hatuey de Santiago de Cuba, por una simple razón:

La actual fábrica asentada en las inmediaciones de la bahía santiaguera tiene características peculiares que hacen que los rones y los caldos cerveceros tengan un sabor único.

Las altas temperaturas, la luminosidad solar, las características de las aguas, el ambiente en las naves de añejamiento y las vibraciones de las cercanas vías ferroviarias, junto a la competencia de afamados maestros roneros y cerveceros confieren a la Hatuey, aquella sabrosura que la caracterizó hace más de 80 años y lo que es hoy.

Previendo un nuevo fraude comercial de Bacardí, y arrastrando uno de antaño que tiene que ver con la cerveza, me vino a la mente una serie sobre este interesante tema. Esto es historia y realidad actual de un producto netamente cubano: Hatuey, La Gran Cerveza de Cuba.

La popular bebida, con su emblemático indio en la etiqueta, fue lanzada como marca propiedad de Bacardí en 1927 y precisamente en Santiago de Cuba. En aquel entonces la Hatuey buscaba hacerle competencia a la cerveza Tropical. Desde entonces la mezcla aromática de esta cerveza ha perdurado a través de los años y los sistemas sociales.

Pero si bien es cierto que Hatuey sigue estando en la preferencia de los santiagueros y en otras provincias de Cuba, una inexactitud gráfica ensombrece la figura histórica que la caracteriza. Se trata del supuesto indio Hatuey que identifica la sabrosa bebida.

Desde su entrada al mercado nacional en 1927 la cerveza llevó en su etiqueta el aborigen símbolo de rebeldía en Yara y cacique de Guajabá, Hatuey. Sus rasgos fisonómicos son propios de un indio caribeño, con facciones mongoloides según los dibujos de la época. Así mismo pasa con sus atuendos.

Entonces Hatuey era una cerveza floreciente y muy consumida en aquella época. Pero no sólo el producto cuenta cuando se trata de hacer crecer un capital y una marca. La imagen del producto resulta importante para poder colocarlo en determinados mercados o darle impulso cuando se lleva años explotándolo.

En sus primeros veinte años Hatuey resultó un buen producto comercializándose bajo una imagen conservadora en extremo. Sus envases parecían más bien antiguas jarras cerveceras al estilo alemán y con íconos gráficos poco atractivos. Por ello, pensando en una sociedad altamente consumista, tanto en Cuba como en Estados Unidos, los directivos de Bacardí S.A. acuerdan, en la década del 1950, rediseñar la imagen de la tradicional cerveza.

Fue entonces que valiéndose de los servicios de una empresa publicitaria, la Organización Técnica Publicitaria Latino Americana (OTPLA), Bacardí rediseña la imagen de la cerveza y con ella, la del indio Hatuey.

¿Quién es el indio que aparece en las botellas de Hatuey desde entonces? ¿Por qué cambió la tradicional y conocida figura de nuestro primer rebelde por la de un extraño, uno de otra región muy distante del Caribe?

En esta serie conocerán más del verdadero Hatuey y del misterioso indio que identifica, en la actualidad, la cerveza más antigua de Cuba.

Tomado de TV Santiago

8 feb 2010

El encaje de la cerveza

Por Joaquín Fernández Moreno

El bailarín español Antonio Gades, quiso mucho a Cuba, y no se cansó de visitarla, danzarla y amarla. Tanto, que al morir, solicitó abonar con el polvo de sus huesos la tierra de José Martí. Cuentan, que en una ocasión, al paladear en Holguín una “Mayabe”, y observar con deleite la madeja de blancura creada por la bebida en la superficie interior de una jarra, la bautizó con proverbial tino “el encaje de la cerveza”.

Esta cerveza, llegó a categoría artística por la habilidad de sus productores, todos holguineros, con una fórmula y un agua exclusiva, y se han constituido como elementos básicos que la hacen única, al igual que la “Cristal”, la “Bucanero”, o simplemente, la “Cacique”, la más joven de las que se elaboran en la Cervecería Bucanero SA, en la oriental provincia de Holguín.

Al ponerse en marcha la fábrica, los holguineros amantes de la cerveza dispusieron de un buen número de sitios al aire libre donde podían adquirirla a granel, y acabadita de traer cualquier día de la semana, forrada de espuma y lúpulo, directamente desde las líneas de la industria. Quiso el tiempo y el desarrollo de las propias producciones, que tan demandadas marcas se extendieran poco a poco hacia el resto del país, y en la actualidad apenas si existe una instalación turística, comercial o de servicios, donde no estén presentes, lo mismo a granel, que en latas o embotelladas.

Los cerveceros experimentados aseguran que la permanencia de espuma en la vasija donde se bebe, entre otros parámetros, es una inequívoca señal de su calidad. Hoy por hoy, los holguineros, al repartir y compartir, e incluso al llevar hacia otros países el fruto de su arte, deben consumir en su lugar otras parecidas en algo a la “Mayabe”, pero jamás similares.

Llámese “La Tropical”, “Rubia”, “La palma”, “Bayam” o Tínima”, no hay otra como la “Mayabe”, aquella que en un principio fluyó a granel abundante, y que hoy por hoy, debe alzarse, para brindar por el encaje de la vida, de forma equitativa, junto a las otras.