16 ene 2016

"La cerveza sin alcohol es altamente hidratante y sana”.

Dr. Jesús Román / Dr. Antonio Villarino, miembros de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA)
Fotos: @yricardo

La cerveza sin alcohol es un producto relativamente nuevo en el mercado, que satisface las necesidades de determinados consumidores, que desean disfrutar de una bebida refrescante como es la cerveza y no quieren o no pueden tomar alcohol. 

En su breve historia, los fabricantes se han adaptado con rapidez a la demanda del mercado mejorando en este tiempo tanto la presentación del producto como su sabor y capacidad de hacer espuma, así como reduciendo al máximo su contenido en alcohol.

La legislación española entiende por cerveza sin alcohol aquélla que tiene una graduación alcohólica menor del 1% en volumen, incluida la tolerancia admitida para la indicación del tal grado alcohólico volumétrico.

La cerveza sin alcohol es una bebida altamente hidratante y sana. Un botellín de cerveza "sin" al día aporta 10 mg de calcio, potasio y muy poco sodio, por lo que puede estar incluido en la dieta de aquellas personas que padecen hipertensión arterial.

La hipertensión arterial afecta actualmente al 15-30% de la población española y está considerada como uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. 

La cerveza sin alcohol posee, además de un alto contenido en agua (95%), ácido fólico, que contiene cantidades variables de compuestos fenólicos con efectos antioxidantes que contribuyen a prevenir estas enfermedades cardiovasculares. 

Un botellín de cerveza "sin" al día aporta el 10% de las necesidades de ácido fólico. Además, la cerveza sin alcohol apenas tiene calorías (14 Kcal/100 ml). Contiene tres veces menos calorías que un refresco y tiene menos calorías que una ración de fruta. Por esta razón, la cerveza "sin" puede ser una opción muy recomendable en dietas de adelgazamiento.

La cerveza "sin" puede ayudar a los mayores.

La alimentación en las personas mayores juega un papel fundamental en el organismo que tiene sus procesos anabólicos mermados por la edad. Con los años se produce una disminución progresiva de los mecanismos homeostáticos que contribuyen a mantener el balance hídrico del organismo, haciendo más fácil la deshidratación. Algunas personas manifiestan un insuficiente sentido de la sed, pasando demasiado tiempo sin ingerir líquido. 

Por este motivo, la cerveza sin alcohol puede ser una bebida refrescante de elección en las personas mayores, pues además de ser hidratante, su aspecto y sabor recuerda a bebidas de mayor graduación que fueron consumidas con más frecuencia en edades jóvenes. 

Además, la cerveza sin alcohol es hipotónica e hiposódica, por lo que no crea problemas para la hipertensión, común en estas edades. Otra de las enfermedades frecuentes en las personas mayores es el Alzheimer, un tipo progresivo de demencia en la que las células nerviosas se degeneran y el cerebro muestra señales de desgaste. 

Los pacientes, en muchas ocasiones, muestran rechazo a algunos alimentos, incluso al acto de comer. Así, el consumo moderado de cerveza "sin" puede elevar el aporte calórico de la dieta del enfermo además de aportar ácido fólico, salvo que el paciente muestre alteraciones de glucosa o insulina, en cuyo caso habrá que valorar la pertinencia de esta bebida.

Y puede ser consumida por las mujeres en estado de gestación. 

El estado nutricional de la mujer embarazada, antes y después del embarazo es determinante para la prevención de distintas enfermedades en el bebé. Cada vez es mayor el acuerdo sobre el papel que el ácido fólico puede jugar en la prevención de las malformaciones del tubo neural, y concretamente, de la espina bífida. 

Las reservas agotadas de ácido fólico deberán ser recuperadas también antes del embarazo, por lo que la suplementación con este nutriente o el consejo dietético para lograrlo deberá efectuarse con antelación.

Durante el embarazo crece el volumen total de fluido extracelular, con la consiguiente retención de líquidos y el aumento del volumen sanguíneo. La mujer embarazada debe asegurarse una suficiente ingestión de líquido especialmente en situaciones de temperaturas altas o sudoración excesiva. 

En este sentido, el consumo moderado de cerveza sin alcohol, además de aportar gran cantidad de agua, contribuye a suministrar ácido fólico en cantidades variables (20-25 microgramos por litro) así como fósforo, potasio y magnesio. 

Durante la lactancia, el mantenimiento adecuado del organismo materno y la producción de leche requieren un incremento de la ingestión hídrica, algo que se verá reflejado en el aumento de la sed.

El consumo moderado de cerveza sin alcohol puede considerarse inocuo y aporta mayor diversidad de sustancias nutritivas que muchos refrescos industriales.

Es necesario que los consumidores (especialmente las mujeres embarazadas o lactantes y aquellos aquejados de enfermedades hepáticas) elijan con detenimiento la marca y la cantidad de cerveza sin alcohol que consumen, dado que en el mercado coexisten productos de diferente procedencia cuyos contenidos de alcohol pueden oscilar desde el 0% hasta el 0.6%.

En conclusión...

La cerveza sin alcohol, según datos de la Asociación de Cerveceros de España, representa el 7% del consumo total de cerveza, siendo la cuota de mercado más alta de toda Europa. Aunque se trata de un producto relativamente nuevo, la cerveza sin alcohol se presenta como una bebida con una clara proyección de futuro.

Tomado de “El libro blanco de la cerveza”, editado por Cerveceros de España, 2001.

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